domingo, octubre 09, 2005

Homo Hipotecus Ibericus

Entre los seres humanos (u "Homo Sapiens Sapiens" [que viene a significar: mono listo que te cagas]), tener una hipoteca no ha sido precisamente un motivo de orgullo.

No obstante, parece que la involución ha dado un vuelco con el surgimiento de una nueva especie que si siente dicho orgullo; el Homo Hipotecus Ibericus. Si bien, el Homo Hipotecus no es originario de la península Ibérica, ha sido en estas tierras donde parece haber alcanzado su máximo explendor, y donde podemos hablar sin lugar a dudas de un nuevo peldaño en la escala involutiva.

Este nuevo espécimen se caracteriza por mostrar un irracional orgullo por la "posesión" de una cueva o zulo, denominado “pisito” en la lengua nativa de la especie, y valorado muy por encima de cualquier explicación racional. Esto último demuestra que nos encontramos en un momento donde la especie parece ir involucionando hacia un estado menos racional y más basado en los instintos, o simplemente en la estupidez.

Así, dicha "posesión" no es tal, ya que el "pisito" realmente no pertenece al primate. Se trata de una posesión virtual, mediatizada por una serie de organizaciones sectarias con templos por toda la geografía, denominados “bancos” o “cajas de ahorros” en la lengua del Hipotecus.

Estas organizaciones, le conceden al primate, con gran orgullo y felicidad para el muy desgraciado, una cantidad absurda de dinero, que el primate jamas va a tocar, ni ver, ni oler, a cambio de su devolución lenta y agónica, por los siglos de los siglos. Amén.

A dicho pacto (diabolico), se le conoce como hipoteca, o cipoteca por el sentimiento de castración que con el tiempo acaba provocando en el primate, y es lo que da nombre a esta nueva especie.

Así, conforme las absurdas pautas que rigen la sociedad de esta especie, inflan el valor de los "pisitos", el primate cipotecado se siente más orgulloso al ver como su patrimonio virtual se hincha como una burbuja, Mientras tanto, el espécimen que todavía no ha sido cipotecado, acude raudo a su templo mas cercano para alcanzar dicho estado de iluminación antes de quedarse fuera del mercado.

Esta característica tan peculiar de esta especie ha originado toda una serie de pactos estrafalarios y con nombres cuanto menos surrealistas. Como por ejemplo:

(Nota: por razones de seguridad, algunos nombres han sido ligeramente cambiados. Con muy poco de imaginación los encontrareis entre los anuncios de la TV.)

- Hipoteca Reputeada, donde te dan dinero para que caves tu zulo y además te pagan. Probablemente, esto último se debe a que les remuerde la conciencia.

- Hipoteca Super Penetración, donde te dedicas a pagar intereses durante 5 largos años, con lo que la deuda no disminuye ni un céntimo. Pero ningún problema, te dan hasta 40 años (osea, cadena perpetua) para pagar hasta el último céntimo. Se les olvida explicar que la penetración es anal y que el cipotecado es el que recibe. El nombre probablemente se debe a que la sensación debe de ser igual de dolorosa y duradera.

- Hipoteca Sexo Gratis. De atractivo y sugerente nombre, esta hipoteca es conocida por desarrollar el síndrome de "la prostituta inmigrante"; cuando te captan te venden que te van ha hacer el favor de tu vida gratis, y después tienes la desagradable sensación de que todo el mundo abusa de ti, que el placer prometido se lo lleva otro, y que también son otros los que se llevan el fruto de tu trabajo.

Las consecuencias de la aparición de este espécimen y los fenómenos que le acompañan, son inciertas. Sin lugar a dudas, este comportamiento ha permitido al Homo Hipotecus Ibericus desarrollar una economía que le permite mirar por encima y con orgullo patrio, al Homo Sapiens Sapiens común Europeo y su economía estancada.

No obstante, la supervivencia de esta especie se ve amenazada por su propio éxito, ya que ingentes cantidades de dinero futuro (hipoteca), que se podrián haber invertido en I+D, en mejorar la competitividad, etc.. han sido enterradas bajo enormes capas de ladrillo y cemento (del cual España es el mayor consumidor per cápita del mundo).

Un futuro oscuro se cierne sobre esta especie cuando apenas acaba de ser descubierta. Paradójicamente, la única esperanza para el Homo Hipotecus Ibericus, reside tan solo en una hipotética y poco probable evolución hacia una especie capaz de digerir ladrillos y cemento, con sal y patatas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues yo me niego a comprar un piso para no darles el gustazo a las inmobiliarias, constructoras y demás lacras sociales. Deberíamos hacer todos lo mismo. Desde aquí invito a todo el mundo a que no compre un piso hasta que no bajen los precios por lo menos un 50%. Venga, la unión de consumidores hace la fuerza. Consumamos lo justo. Consumamos sólo lo necesario.

Anónimo dijo...

Muy divertido y contundente!!...jeje..pero si que hecho en falta algunos links ya que, aunque con humor tratas un montón de temas muy concretos que igual hay gente que no se ha planteado y que podrían reforzarse con los links. De todas formas...¡estupendo!